Jefrey Zeldman publica en A List Apart un artículo sobre cómo comprender el diseño web. Lo he traducido al español por su indudable interés para todo aquél involucrado en el desarrollo de webs.
Comprendiendo el diseño web
Una traducción de Understanding Web Design
por JEFFREY ZELDMAN
Translated with the permission of A List Apart Magazine and the author[s]
Cuando entendemos nuestro medio, obtenemos un mejor diseño. Incluso a estas alturas de nuestra cultura, mucha gente no entiende el diseño web. Entre ellos se encuentran algunos de nuestros líderes culturales y del negocio más distinguidos, incluyendo unos pocos que poseen un amplio conocimiento de diseño relacionado con la web.
Algunos de los que no comprenden el diseño web a su vez tienen como trabajo el crear sitios web o supervisar a diseñadores y desarrolladores. Otros que no entienden el diseño web se dedican a evaluarlos en nuestro nombre. Aquellos que menos lo entienden son los que hacen más ruido. Son los que tienen cargos de liderato, pegan portazos, y gastan el dinero con la gente y cosas equivocadas.
Si queremos mejores sitios, mejores trabajos, y clientes mejor informados, la necesidad de educarlos empieza por nosotros mismos.
Prefiriendo los bienes raíces a la arquitectura
Es difícil comprender el diseño web cuando no comprendes la web. Y es difícil comprender la web cuando aquellos a los que se les paga por explicarla no la entienden ni ellos mismos, o están obligados por razones comerciales a suprimir parte de lo que saben, dando énfasis a lo circense sobre lo brillante.
Los medios de comunicación a menudo se equivocan. Demasiados periodistas de internet cubren al dinero; muy pocos cubren el arte y las ideas. Empujados por redactores presionados por los editores preocupados por perder anunciantes, incluso los periodistas que entienden la web pasan la mayor parte de su tiempo escribiendo sobre acuerdos económicos y citando a los que los hacen. Muchos lo hacen incluso cuando la frase que están citando es patéticamente autocomplaciente y ridícula como la Ley de Zuckerberg.
No es que Zuckerberg no sea noticia; y no es que los negocios no sean del agrado de los periodistas. Pero centrarse en el negocio excluyendo todo lo demás es como informar de acuerdos inmobiliarios mientras se ignora la arquitectura.
Y uno se cansa de la narrativa unidimensional de las noticias. En 1994, la web era extraña y salvaje, nos dijeron. En el 99 era un creador de reyes; en 2001, una burbuja. En 2002 los tipos de las noticias descubrieron los blogs; en 2004 bloggers sudorosos invitados en la CNN explicaban cómo los periodistas ciudadanos estaban reinventando las noticias y la democracia y determinarían quién ganaría las elecciones presidenciales de ese año. He olvidado cómo apareció eso.
Cuando las predicciones absurdas mueren ridículamente, nadie dimite en las redacciones, sencillamente añaden una nueva línea como los publicitarios reemplazan un slogan que ha perdido fuerza. Después de décadas de acomodación de las noticias, lo que es fascinante es ver cuántos buenos reporteros hay todavía, y la dureza con la que intentan mostrar información precisa al público. A veces los puedes oír en medio del rugido de lo grotesco y lo excepcional.
El círculo sostenible de la auto-complacencia.
Los medios de comunicación no son los únicos equivocados. Las asociaciones profesionales se equivocan todos los días, y conmemoran sus errores con un festival anual. Cada año, las revistas de publicidad y diseño junto con las organizaciones profesionales organizan concursos de «diseño para los nuevos medios» que son juzgados por los ganadores de las pasadas ediciones. Lo que ellos llaman «diseño para los nuevos medios» no les dice nada y a ti y a mi nos lo dice todo.
Aunque hay excepciones, la mayoría de los ganadores de los concursos ven las web como un vehículo para campañas de marketing y publicidad en las que el usuario experimenta contenidos en Flash y video de forma pasiva. Para el usuario activo, se crean juegos, pero lo que nosotros entendemos como un uso activo de la web se traduce en un botón de «Enviar a Digg esta página».
Los sitios ganadores se ven maravillosos como capturas de pantalla en los brillantes resúmenes anuales de diseño. Cuando los ganadores se convierten en jueces, recompensan trabajos como los suyos. Por eso se siguen haciendo sitios que se comportan como la TV y se ven bien en las páginas de un libro, una generación de clientes y directores de arte piensan que eso es la crema del diseño web.
Los críticos de diseño tampoco lo entienden.
Gente que es brillante en la imprenta puede ser menos brillante en la web. Sus facultades críticas, perfeccionadas durante las Guerras del Kerning, se hacen añicos ante las barricadas de nuestra profesión.
El lamento menos sofisticado en nuestro nombre es que estamos limitados por unas tipografías feas. Se preguntan cómo podemos disfrutar trabajando en un medio que no ofrece un control absoluto sobre cada átomo de la experiencia visual. Secretamente se preguntan si somos o no somos diseñadores reales. (Sospechan que no). Pero esos son los juniors, los estudiantes de diseño y futuros críticos. Sus opiniones son fundamentalmente de interés para sus profesores, y uno reza para que los tengan buenos.
Los críticos más sofisticados entienden que la web no es imprenta y que las limitaciones son parte de toda disciplina de diseño. Incluso esos intelectuales a veces sucumben a las comparativas falsas. (Yo mismo lo he hecho, hace mucho tiempo y estrictamente por las risas.) Estos críticos se preguntan por las piezas maestras del diseño web. El que Google Maps pueda ser un representante de nuestra época al igual que la Mona Lisa lo fue de la de Leonardo, y tan brillante como es, nos satisface a muchos como una respuesta, pero puede no satisfacer al crítico de diseño que busca una comparación directa con, digamos, el póster icónico de Bob Dylan creado por Milton Glaser.
Tipografía, arquitectura y diseño web.
El problema es que el diseño web, aunque emplea elementos de diseño gráfico e ilustración, no se corresponde con ellos. Si queremos comparar la web a otro medio, la tipografía sería una mejor elección. Un diseño web, como una tipografía, es un entorno para que alguien se exprese. Quédate y te diré que diseño web es como la Helvética.
La arquitectura (la que usa acero, cristal y piedras) es también adecuada para la comparación, mucho más apta que el diseño de pósters. La arquitectura crea planos y cuadrículas que facilitan el comportamiento dinámico de la gente. Una vez diseñado, el arquitecto cede el control. Con el tiempo, la gente que usa el edificio le dan y añaden sentido al diseño del arquitecto.
Por supuesto, todas las comparaciones son odiosas por naturaleza. ¿Cuál es el «London Calling» de la televisión? ¿Quién es la Jane Austen del diseño de automóviles? Madame Butterfly no es menos bella por no tener una secuencia de persecución de coches, la mantequilla de cacahuete no sabe peor porque no pueda bailar.
Por tanto, ¿qué es el diseño web?
El diseño web no es diseño de libros, no es diseño de pósters, no es ilustración, y no busca alcanzar los hitos más altos de esas disciplinas. Aunque hay sitios web que proveen juegos y vídeos, y aunque sean sitios bonitos para ver, son ejemplos de diseño de juegos y de contar historias con el vídeo, no de diseño web. Por tanto, ¿qué es el diseño web?
Diseño web es la creación de entornos digitales que facilitan y animan a la actividad humana; reflejan o se adaptan a las voces individuales y el contenido; y cambian de forma elegante a lo largo del tiempo mientras retienen su identidad.
Repitámoslo, con énfasis:
Diseño web es la creación de entornos digitales que facilitan y animan a la actividad humana; reflejan o se adaptan a las voces individuales y el contenido; y cambian de forma elegante a lo largo del tiempo mientras retienen su identidad.
Ella camina con belleza
Los grandes diseños web son como las grandes tipografías: algunos, como Rosewood, imponen personalidad a cualquier contenido que se les aplique. Otros, como Helvética, se funden con el fondo (o intentan hacerlo), dando soporte de forma mágica a cualquier tono que provea el contenido. (Mañana podremos discutir si Helvética es realmente neutral como el agua.)
¿Qué diseño web es como eso? Por ejemplo la plantilla Minima para Blogger de Douglas Bowman, usada por millones de escritores y parece que ha sido diseñada específicamente para cada uno de ellos. Eso es un gran diseño.
Los grandes diseños web son como los grandes edificios. Todos los edificios de oficinas, por muy distinguidos que sean, tienen recibidores y baños y escaleras. Los sitios web, también tienen partes comunes.
Aunque un gran diseño web es completamente individual, es también un gran acuerdo como otros diseños web que realizan funciones similares. Eso también es cierto en los grandes diseños de periódicos y revistas, que difieren de los diseños banales de revistas y periódicos en cientos de pequeños detalles. Pocos celebran los grandes diseños de revistas, aunque millones de forma consciente o inconsciente los aprecian, y nadie se lamenta de que no sean pósters.
El diseñador inexperto o que presta poca atención se queja de que demasiados sitios webs usan cuadrículas, demasiados sitios usan columnas, demasiados sitios son «cuadrados». Desde 1995 han habido esfuerzos para evitar la cuadratura; aunque en ocasiones lo han logrado, en su mayoría han producido diseños estéticamente malos y diseños innecesariamente poco usables.
El diseñador web experimentado, como el director de arte con talento de un periódico, acepta que muchos de los proyectos en los que trabaja tienen cabeceras, columnas y pies. Su trabajo no es quejarse de las partes comunes emergentes sino usarlas para crear páginas únicas, naturales, apropiadas a la marca, delicadamente memorables y silenciosa pero inequívocamente atractivas.
Si lo consigue todo eso y suda los detalles, su trabajo será precioso. Si no todo el mundo aprecia esa belleza – si no todo el mundo entiende el diseño web – no lloremos por el diseño web, sino por esos que no pueden ver.
Gracias por la traducción
Muy bueno;)
A vosotros 😉
Me parece una nota demasiado pesimista y una persona encerrada en sus propios pensamientos. No da ninguna solución.